Illariy: un amanecer digital para el quechua y las lenguas originarias en el Perú
ESCRIBE: El cronista digital (*)
Hace un año, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) presentó a Illariy, la primera presentadora de noticias generada por inteligencia artificial que habla en quechua. El proyecto, impulsado por el MediaLab de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, nació con un propósito claro: unir la innovación tecnológica con la preservación y difusión de nuestras lenguas originarias.
Illariy —nombre que en quechua significa “amanecer”— se ha convertido en un símbolo de cómo la cultura andina puede dialogar con los entornos digitales contemporáneos.
Un avatar que informa y enseña
Illariy no solo presenta noticias de UNMSM en quechua, sino que además puede expresarse en aymara y awajún. También se dedica a la enseñanza de estas lenguas a través de Kuska Yachay (Aprendiendo juntos), un programa breve y educativo que circula en redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook.
Su presencia digital demuestra que la comunicación universitaria puede ser multilingüe, inclusiva y cercana a públicos jóvenes, acostumbrados al lenguaje audiovisual de las plataformas digitales.
Un papel clave lo ha tenido el equipo del MediaLab de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM, bajo la dirección del docente investigador Carlos Fernández García (ahora Coordinador de la Maestría en comunicaciones), quien lidera la propuesta con una visión integradora: unir la tradición de San Marcos con la innovación digital. Gracias a su trabajo conjunto con docentes, estudiantes y comunicadores, Illariy no es solo un experimento tecnológico, sino un verdadero proyecto académico y cultural con impacto social.

Cómo se creó Illariy
El proceso de construcción combinó creatividad, tecnología y rigurosidad académica:
- Diseño del avatar: Con la herramienta DALL-E se generaron imágenes de una presentadora con rasgos andinos. Luego, con DI-D, se animó su rostro y se sincronizó la voz.
- Guiones y escenarios: Un equipo de comunicadores y diseñadores elaboró los guiones y entornos virtuales, adaptándolos para distintos formatos de redes sociales.
- Lengua quechua: Bajo la supervisión de la Cátedra Quechua de San Marcos, se afinaron los textos y la pronunciación. La participación de lingüistas fue esencial para garantizar la autenticidad.
- Supervisión constante: Aunque la IA produce la voz y la animación, la revisión humana asegura la calidad lingüística y cultural del contenido.

IA al servicio de la cultura
El proyecto muestra cómo la inteligencia artificial puede ser un aliado en la preservación de las lenguas originarias. Sus beneficios son claros: visibiliza el quechua en entornos digitales modernos, facilita el aprendizaje de nuevas generaciones y permite escalar la producción de contenidos de manera rápida y accesible.
Sin embargo, también enfrenta desafíos: la pronunciación todavía tiene limitaciones, el acceso digital no es igual en todas las comunidades, y siempre existe el riesgo de pensar que la tecnología puede reemplazar la riqueza de la voz humana.
Por eso, Illariy funciona mejor cuando se entiende como un puente: no sustituye a los hablantes, sino que los acompaña, amplifica y conecta.

El quechua: lengua que persiste
El quechua, con sus múltiples variantes, es una de las lenguas más antiguas y extendidas de los Andes. Ha sobrevivido a siglos de historia y, aunque varias de sus formas están en riesgo, sigue siendo lengua viva en millones de hogares y comunidades.
Cada palabra en quechua transmite cosmovisiones, conocimientos ancestrales y formas de ver el mundo. Proyectos como Illariy demuestran que esta herencia puede dialogar con las tecnologías más avanzadas, sin perder su esencia.
Como afirma el lingüista Oscar Huamán Águila, cuando una lengua muere también desaparece un universo de saberes. Illariy, en ese sentido, aporta a mantener viva la esperanza de un amanecer multilingüe.
Illariy es más que un avatar digital: es un recordatorio de que la lengua y la identidad andina tienen lugar en el presente y el futuro. Su existencia señala que tradición y tecnología no son caminos opuestos, sino aliados posibles.
El proyecto Illariy no surge de la nada, sino que se inserta en una larga historia de acercamientos al quechua que comenzó en el siglo XVI en el Virreinato del Perú, cuando los primeros misioneros y estudiosos se esforzaron por aprender, documentar y difundir esta lengua. Desde entonces, el quechua ha demostrado una vitalidad que resiste los cambios políticos, sociales y tecnológicos de cada época. Hoy, gracias a la inteligencia artificial y a la creatividad de equipos académicos como MediaLab de la UNMSM, el quechua se abre paso en nuevos escenarios digitales, confirmando que es una lengua viva, capaz de dialogar con la modernidad sin perder su raíz ancestral.
La tarea ahora es expandir esta iniciativa, diversificar sus contenidos, y garantizar que los pueblos originarios encuentren en la IA una herramienta para fortalecer, y no sustituir, su voz.
(*) Colaborador cultural de Río Hablador. Bajo este seudónimo firma textos que exploran el vínculo entre literatura, educación y tecnología, con un estilo reflexivo y cercano. Su objetivo es tender puentes entre la tradición cultural y los nuevos lenguajes de la era digital.
Nota.- Artículo elaborado con apoyo de la inteligencia artificial (ChatGPT – OpenAI), bajo supervisión editorial.